Para hablar de mí , de quién soy, ofrezco la palabra a todas las voces que me habitan, variadas y dispares, que se pelean y se dan la mano, que se inspiran después para continuar explorando. ¡Eso es! Ella es una exploradora movida por la sangre de la curiosidad existencial y el oxígeno de lo Viviente y lo Etéreo.

Rompí el saco amniótico en el que flotaba cuando mi madre estaba plantando un geranio, tal vez por eso siempre he necesitado tener las manos en la tierra, y los pies, y a veces la cabeza también, dejar un pequeño espacio para respirar y mirar al cielo. Y despegar. Porque sé volar, aunque mi cuerpo se quede por aquí en la tierra. Sí, este cuerpo que respiró por primera vez en Vitoria-Gasteiz decidió pronto que quería conocer el aire de otras latitudes y el tacto de otras tierras. Hay una sed nómada en mí, una que me transporta, que anima mis pasos, que me lleva, adonde quiera. Porque ella es libre, y yo lo intento junto a ella.

Estudié Comunicación Audiovisual como medio para crear universos simbólicos que necesitaban salir al exterior. Pero antes ya bailaba, o danzaba, o me movía, según el imaginario al que os lleven estos tres verbos que tanto placer me traen a mí. Artes marciales, danzas africanas, contact, contemporáneo, improvisación, y un Butoh en el que me quedé investigando, creando, colaborando, performando durante ocho años. Tuve la suerte de aprender de grandes maestrxs japonesxs y actuar en Japón, así como de otrxs pequeñxs maestrxs que fueron grandes para mí, niñxs y adolescentes neurodivergentes a lxs que compañé durante cuatro años.

Sopló un viento fuerte, de éste al que sólo puedes entregarte, y me entregué. Pude vaciarme y la vida salvaje me mostró la maestría de su belleza y organicidad. Observé y escuché, y desde aquí pude formarme en las artes del masaje y el tacto, aquello que implica acompañar un cuerpo, el templo de la manifestación física de una persona, hacia un lugar de equilibrio y comprensión. A comprender me ayudó formarme en terapia Gestalt, sobre todo a comprenderme yo y a llevarme de la mano sin apretarme demasiado.

Mientras la Vida sigue su curso, yo creo. Hay obras que se quedan, otras que se van. Muchas se manifiestan en artes vivas y muchas otras en lo que les da la gana, porque tienen un impulso innato de rebeldía. Quiero escribir la palabra fragilidad. Creo porque lo necesito y lo comparto porque una parte de la Creación cobra sentido así: contigo, con vosotrxs, y más aún, si Creamos juntxs.